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Vida

Algunas cosas es mejor sentirlas que verlas.

Al pie del Red Bull Rampage percibes, con el asombro que ninguna cámara puede captar, la dimensión del evento. El enorme tamaño de los acantilados, la pendiente de las bajadas y la intensidad del paisaje son impactantes por igual, impresionándote la magnitud a lo que se enfrentan las participantes del Rampage.

Unos días antes de la final femenina, se palpa la energía, una parte de emoción, otra parte de nervios… Mientras el viento barre el desierto, recordándonos que aquí respondemos ante la madre naturaleza. El personal de excavación trabaja sin cesar, esculpiendo trazadas en los accidentados y pintorescos acantilados del terreno de Virginia, Utah. El aire silva entre los picos en perfecta sintonía con la luz del atardecer. A medida que el sol se oculta detrás de Gooseberry Mesa e irradia un ardiente resplandor sobre el desierto, estallan las ovaciones mientras las participantes practican sus trazadas en los entrenamientos. Se percibe una sensación electrizante que va a ocurrir algo histórico.

Sunset on the desert in Virgin, Utah.

DIRT ALCHEMISTS

Behind every line at Rampage is a crew of dedicated diggers who transform the rugged desert into playgrounds of possibility. Armed with shovels, picks, and a vision, each team of diggers works long days under the sun, sculpting dirt and rock into rideable masterpieces. Their work is part science and part art. They study every slope, angle, and ridge, but a keen understanding of flow and rider dynamics ultimately shapes their designs.

(Left) A photo of Casey Brown working with her diggers. (Right) Casey Brown rappeling down a  cliff to scope out a line.
A Black & White photo of "No Walk" written in stones.
(Left) A digger stands on the landing of a massive takeoff in Black & White. (Right) A close-up of the takeoff in full color.

Antes de que el mundo vea el resultado de su trabajo, el personal de excavación ya habrá acumulado turnos de trabajo de doce horas, y a su lado, las propias participantes habrán escarbado, estudiado, imaginando y planeado sus bajadas. Ni que decir tiene que los excavadores son los héroes anónimos del Rampage, aunque no estarían aquí sin haber sido convocados por las participantes.

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IT'S TIME TO DANCE

After years in the making, women competing at Red Bull Rampage feels as natural as the joy they share with their dig teams, fellow riders, and everyone who has been part of their journey. Casey Brown first set foot at Rampage in 2008 and has been determined to compete ever since. In the years that followed, she laid the groundwork by progressing her own riding, building connections, and creating opportunities for women to push the boundaries of freeride together.

Unlike the men’s venue, packed with features from past events, the women’s course began as a blank canvas—a raw landscape offering the freedom to sketch new lines but requiring immense foresight, planning, and time management to carve a top-to-bottom run. Collaboration has been key, and it's evident that all eight women building lines on the mountain know how to work together to get it done. With Finals on Thursday, the anticipation is high, and everyone is antsy to start testing their lines on this untouched terrain.

 

El mundo cambia continuamente, y la época es la que es, pero estoy muy agradecida de estar donde estoy en este momento de mi carrera.

–Casey Brown

(Left) Casey Brown dropping in on her line. (Right) Casey Brown fists bumps her digger.
Casey Brown sends it on her practice line as the sun is setting.
(Left) Vero Sandler looking down at her line in practice. (Right) Vero Sandler riding her line in practice.

WOMEN MAKING HISTORY

When the sun rose on Thursday morning, the women of Rampage knew the day marked perhaps the biggest moment of their careers... and also a seismic shift in mountain biking. Every rider on the start ramp felt the weight of the moment, yet there was an undeniable calm—a quiet confidence from years of pushing boundaries in a sport that was finally offering space for them. They looked down their lines, knowing they’d soon showcase what they’d been building for years. This was more than a competition; it was a redefining of what’s possible, a moment the world would remember as the point freeride expanded into something bigger, bolder, and more inclusive.

Casey Brown, cariñosamente apodada la madrina del freeride femenino, fue la segunda mujer en bajar. Descendió con facilidad y precisión, afrontando el pronunciado “Laundry Chute”, con la suavidad que había practicado en los entrenamientos. Cada uno de sus movimientos demostraba puro instinto. Terminó su bajada con una puntuación de 77,33, asegurándose el tercer puesto del podio, pero quizá el mayor honor del día fue recibir el galardón Espíritu de McGazza. Este premio no sólo reconoce su actuación, también su afán en respaldar a otras mujeres, apoyar al colectivo y hacer evolucionar el deporte como haría Kelly McGarry. A Casey le tocó la fibra sensible.

Casey Brown posing with her Trek Session and trophies from Red Bull Rampage including the McGazza Spirit Award.

Vero Sandler bajó unas participantes después de Casey, preparada para demostrar la dedicación que su equipo había puesto durante la semana. Como mucho equipos, viajaron medio mundo para excavar y apoyar a su freerider. Con su incondicional equipo galés a su lado, Vero derrochó energía mientras descendía por su trazada, inspirándose en los mensajes de ánimo que habían escrito, literalmente, con rotuladores en su Santa Cruz V10. Su impresionante actuación obtuvo una puntuación de 71,0, asegurándose la quinta posición.

Sin duda es la bici que más ilusión me ha hecho. Le han puesto tanto cariño.

–Vero Sandler

(Left) Vero Sandler dropping into her finals run at Red Bull Rampage. (Top Right) A side profile of Vero Sandler's Santa Cruz V10. (Bottom Right) A front on view of the cornw of Vero's BoXXer with the words READY written on the crown arch in paint pens.

REDEFINING THE GAME

As the Women’s Finals celebrations ensued, it was apparent that the bar had been raised for everyone in the competition. Whether a rider was making their debut or returning for their 18th time, like Kyle Strait, each edition has consistently shattered expectations year after year.

Szymon Godziek is no stranger to Red Bull Rampage, competing for the sixth consecutive year since 2018. After securing second place in 2022, he was on a heater during his Finals run in 2023 before a dramatic crash ended in a DNF. With unfinished business, the Polish freerider is the first to push the limits at the venue, having already sent a stunning 95-foot drop on the first day of practice. It was hard to imagine how much bigger riders would be able to go in Finals on Saturday.

(Left) Kyle Strait hiking up the hill with his bike on his back. (Right) Kyle Hill in practice with a big pool of dust in his wake.
Szymon Godziek sending a Superman off a massive Drop at Red Bull Rampage.
(Left) Brandon Semenuk places rocks for a takeoff. (Right) Brandon does a trick in practice.

EVOLUCIONANDO LA PERFECCIÓN

Brandon Semenuk afrontaba la edición 2024 siendo el único participante con cuatro victorias en el Red Bull Rampage, consolidando su legado como uno de los más grandes de este deporte. Su inigualable capacidad para combinar su depurada técnica con su creatividad al elegir trazadas y ejecutarlas a la perfección, le sitúa como la referencia para futuras generaciones.

El diseño de trazadas de Brandon ha evolucionado tanto como su ejecución. Trabajar con el mismo equipo de excavadores durante los últimos cuatro años, le ha permitido aumentar su creatividad. El éxito requiere la dedicación de un personal unido, con un planteamiento afianzado y probado a lo largo del tiempo. No hay mejor equipo para el Rampage.

El desenlace

El viento tenía que aparecer justo el día de la final. Aunque se debe en gran parte por la diferencia de temperatura al amanecer, generalmente se considera como un aguafiestas. La mezcla de paciencia, instinto y contención colectiva de la respiración de los espectadores, con la puerta de salida casi 250 metros por encima, intensifica la expectación y la emoción del día.

Brandon, fue el primer freerider en alcanzar la meta, e iba encaminado a subirse al podio. Observando su manga, todo encajaba a la perfección, un truco tras otro en cada tramo. Llegando al final, un backflip tailwhip no sale como espera, y puntúa 61,33 tras librarse de una caída. Es hora de prepararse para la siguiente bajada.

Nueve participantes después, Szymon Godziek, toma una de las trazadas más comentadas del día. Lo dio todo a lo largo de la semana, ejecutando enormes volteretas y demostrando la capacidad necesaria para continuar donde lo dejó el año pasado. Szymon se coloca en cabeza con una puntuación de 91,66. Por un instante, sus sueños parecen estar a punto de hacerse en realidad.

Ha sido una bajada de ensueño. No podía creer que todo saliese bien. Ese ha sido mi primer backflip en el cortado ‘Price is Right’, y resulta increíble. Simplemente estaba disfrutando del vuelo.

–Szymon Godziek

A side profile of Szymon Godziek's backflip at Rampage.

Reescribiendo los libros de récords

Aunque todo parecía estar a favor de Szymon, si había alguien que podía superarle, ese era Brandon. No porque necesitase ganar sino porque Brandon necesitaba bajar como lo había visualizado.

Tras horas de interrupciones por el viento, seis participantes vuelven a subir hasta la puerta de salida para una segunda manga, pero sólo dos deciden bajar de nuevo. El equipo de excavadores de Brandon se colocó bajo la puerta de salida con los brazos cruzados e indicándole que no bajase por exceso de viento. La cuenta atrás para bajar se agota… Brandon muestra los pulgares y se lanza. Parece como si el viento se hubiese detenido, mientras todos los espectadores contienen la respiración. No es ninguna sorpresa que Brandon esté ejecutando perfectamente todos los trucos de su bajada. Mientras la mayoría se relajan tras su manga, Brandon perfecciona cualquier error que haya podido cometer.

Tras una deliberación arbitral que parece durar una vida, se le otorga una puntuación de 92,73, convirtiéndose en el único pentacampeón del Rampage. Con enfoques diferentes, Brandon y Szymon saben que han jugado en la cuerda floja entre riesgo y recompensa. Al final de la jornada, sólo puede haber un ganador, pero está claro que ambos han grabado sus nombres en la historia del Rampage.

(Left) The self-named "Polish Mafia" poses for a picture with Szymon Godziek. (Right) A fan holding a "Szymon for Governor" sign.
Brandon Semenuk nails the backflip tailwhip in his second run.
(Left) Brandon Semenuk with his dig crew. (Right) Brandon adding the fifth hashtag to the top of his helmet.

Es un momento muy especial. Estoy súper contento de haber podido realizar una segunda manga. Es importante haber llegado hasta abajo. Quiero felicitar a Evan y a Justin por lo duro que han trabajado esta semana. Hemos dado un buen espectáculo y todos lo han bordado esta semana.

–Brandon Semenuk

El próximo capítulo aguarda

A primera vista, el Red Bull Rampage da forma al desierto. Desde 2001 se han ido perfilando trazadas en las areniscas laderas de Virginia. Sus 18 diferentes ediciones han contado diez únicos ganadores, cada uno aportando su legado que ha quedado grabado en la tierra. Aquí se han vivido momentos históricos, como el backflip ganador del 2003 y la aparición de jóvenes talentos cuyas carreras comenzaron en Rampage con sólo 14 y 17 años. Estos “críos” han evolucionado hasta convertirse en ganadores de dos, tres y ahora cinco ediciones.

Sin embargo, tras una semana superando las dificultades del Rampage, está claro que no sólo perfilamos el desierto, éste a su vez nos forja, confrontando nuestros miedos y alimentando nuestras ambiciones. Las mujeres que hicieron historia en Rampage están allanando el camino a las jóvenes que las vieron hoy, ofreciendo un poderoso ejemplo de lo que es posible. Una experiencia que trasciende las palabras, resonando fuertemente mientras nos adentramos en un futuro en el que la historia continuará reescribiéndose.

The dawn of a new chapter at Red Bull Rampage metaphorically represented by a beautiful sunrise.

Texto de Sarah Rawley. Vídeo de Kuba Gzela.